Todo inicia en el
campamento en el que se encontraban, Sandino reúne a sus generales para darles
una noticia, estos salieron limpiándose las lágrimas entre ellos se encontraba
el más fiel de todos sus hombres el General Pedro Altamirano (Pedrón) que era
un hombre frio como un tempano de hielo le suplico a Sandino que no viajara a
la capital Managua mientras lloraba. Casi nunca se le vio llorar a Pedrón fue quizás
la única vez, fue también la última vez en que estos dos grandes Generales de
la causa revolucionaria se volverían a ver.
Llegan a Managua
el 16 de Febrero los generales Augusto C. Sandino, Francisco Estrada, Juan
Pablo Umanzor, el padre del guerrillero Gregorio Sandino, el Coronel Sócrates
Sandino, Juan Ferreti y el ayudante de Sandino
Santos López y se hospedan en la casa del Ministro Prof. Don Sofonías
Salvatierra.
La razón por la
que Sandino llega a Managua era porque tenía la idea de constituir una Compañía
Anónima minera para trabajar en las regiones de Wiwili, la conformación de una
Comuna Universal. Consigo llevaba rocas con buen contenido en oro que quería
mostrárselas al Dr. Sacasa, para demostrarle de la prosperidad del proyecto. Estando
ya en Managua el Presidente Juan Bautista Sacasa los invita a almorzar con él
en Casa Presidencial en compañía don Salvador Calderón Ramírez (residente en
México) a quien se le había mandado a llamar para que sirviera de asesor y el
general Horacio Portocarrero, amigos del general Sandino.
Los periodistas
entrevistan al Genereal Sandino quien les reafirma nuevamente: "...que la
Guardia Nacional es inconstitucional y por eso no le entregaría nunca sus
armas..." esto llega a oidos del Jefe Director de la Guardia Nacional el
Mayor Gral. Anastasio Somoza García y al parecer no le parecio agradable.
El 21 de Febrero se hizo público el arreglo de la
cuestión segoviana y los diarios pidieron copias de las cartas para publicarlas.
Tenía dispuesto ir al otro día a
Niquinohomo a ver a su mamá y en la tarde fue a la Casa Presidencial a
verificar una gestión a favor de su amigo el doctor Escolástico Lara. Se le
facilito un automóvil de la Secretaría de Agricultura y poco después de las
cinco de la tarde llegó acompañado del propio señor Lara, de su padre don
Gregorio y de los generales Francisco Estrada y Juan Pablo Umanzor.
Mientras los Generales Sandinistas cenan pacíficamente con el Presidente Dr. Juan Bautista Sacasa, confiándose de la Paz firmada días antes, en la oscuridad de la noche los implicados en el complot finalizan sus últimos pormenores.
Terminada la Cena, hablaron de la formación de una Compañía para explotar lavaderos de oro en la región del Río Coco; se trazaron sus bases y la escritura pública de sociedad la cual iba a autorizar el doctor Alejo Icaza Icaza el día que regresara de Niquinohomo el General Sandino. Serían las diez de la noche cuando salieron de la Casa Presidencial. El doctor Sacasa despidió al General Sandino con un abrazo al igual que el General Portocarrero que estaba allí, el señor Calderón Ramírez fue invitado por Sandino para que lo acompañara, pero manifestó, conjuntamente con el Presidente, que se quedaban para esperar al General Somoza con quien arreglarían los detalles de sus futuras funciones de Delegado del Ejecutivo en las Segovias, pues él era el designado de acuerdo con el arreglo convenido. El doctor Federico Sacasa, hermano del Presidente, fue a despedirlo hasta la puerta de la salida y entraron en el auto: en la parte trasera, tomaron asiento el General Sandino, Don Gregorio Sandino (Padre de Sandino) y Prof. Don Sofonías Salvatierra que era el Ministro de Agricultura y del Trabajo para ese entonces en la parte delantera, con el chofer, los dos ayudantes, Generales Estrada y Umanzor.
Mientras los Generales Sandinistas cenan pacíficamente con el Presidente Dr. Juan Bautista Sacasa, confiándose de la Paz firmada días antes, en la oscuridad de la noche los implicados en el complot finalizan sus últimos pormenores.
Terminada la Cena, hablaron de la formación de una Compañía para explotar lavaderos de oro en la región del Río Coco; se trazaron sus bases y la escritura pública de sociedad la cual iba a autorizar el doctor Alejo Icaza Icaza el día que regresara de Niquinohomo el General Sandino. Serían las diez de la noche cuando salieron de la Casa Presidencial. El doctor Sacasa despidió al General Sandino con un abrazo al igual que el General Portocarrero que estaba allí, el señor Calderón Ramírez fue invitado por Sandino para que lo acompañara, pero manifestó, conjuntamente con el Presidente, que se quedaban para esperar al General Somoza con quien arreglarían los detalles de sus futuras funciones de Delegado del Ejecutivo en las Segovias, pues él era el designado de acuerdo con el arreglo convenido. El doctor Federico Sacasa, hermano del Presidente, fue a despedirlo hasta la puerta de la salida y entraron en el auto: en la parte trasera, tomaron asiento el General Sandino, Don Gregorio Sandino (Padre de Sandino) y Prof. Don Sofonías Salvatierra que era el Ministro de Agricultura y del Trabajo para ese entonces en la parte delantera, con el chofer, los dos ayudantes, Generales Estrada y Umanzor.
Descendieron de
la Loma de Tiscapa, altura en que esta la Casa Presidencial, sin ninguna
novedad, hasta que llegaron hasta el píe de la colina donde estaban las garitas
del campo de Marte, en una de las cuales, en la del Hormiguero, en un trecho en
que las luces no disipan la oscuridad, el auto fue detenido por un pelotón de
15 guardias dirigidos por el Tnte. Lisandro Delgadillo quien fingiendo ser
alistado gritaba "Párese este carro, el que levante las manos lo tiran,
repitió tres veces; todos a tierra". Se bajaron y todos entregaron sus
pistolas, menos don Gregorio y Sofonías porque no andaban, mientras tanto el
Sargento Emilio Canales con una ametralladora Thompson simula arreglar un
carro.
La Sta. Maruca Sacasa Arguello, hija del Presidente Sacasa, venía en otro automóvil detrás de Sandino y fue testigo de su detención. Diciéndoles a los militares de que el general venía de cenar con su padre; al comprobar que era inútil, volvió a Casa Presidencial a informar al Presidente Sacasa. Preocupado el Dr. Sacasa inmediatamente llamó al Campo de Marte, pero sus llamadas por órdenes del Gral. Somoza, no fueron atendidas.
La Sta. Maruca Sacasa Arguello, hija del Presidente Sacasa, venía en otro automóvil detrás de Sandino y fue testigo de su detención. Diciéndoles a los militares de que el general venía de cenar con su padre; al comprobar que era inútil, volvió a Casa Presidencial a informar al Presidente Sacasa. Preocupado el Dr. Sacasa inmediatamente llamó al Campo de Marte, pero sus llamadas por órdenes del Gral. Somoza, no fueron atendidas.
En las cárceles
del hormiguero dejan a Don Sofonías y a Don Gregorio, al resto se los llevan en
un camión con destino desconocido. Mientras tanto los militares Policarpo
"el coto" Gutiérrez, López Barrera y Davidson Blanco toman como
cuartel del Campo de Aviación, próximo a la casa de Salvatierra quienes después
de rodearla la ametrallan durante 15 minutos en forma indiscriminadamente,
muriendo peleando en el operativo el Coronel Sócrates Sandino que no había ido
a la cena y un niño inocente, criadito de don Sofonías que jugaban en la puerta
principal, resulta herido el yerno del Ministro Salvatierra Sr. Rolando
Murillo. Lograron escapar por la parte de atrás de la casa al terminársele el
parque, el Coronel Santos López quien resulta herido en el intercambio de
disparos y el Capitán Juan Ferreti que andaba de visita en el Hotel Anaya y
llegaba al lugar de los hechos, huye a Costa Rica donde posteriormente dio
declaraciones sobre los hechos.
Se dice que el
Cptn. Lisandro Delgadillo, debía dar la orden, pero tuvo un escrúpulo por ser
hermano masón de Sandino, no quiso presenciar la masacre, poniendo en manos del
Subteniente Carlos Eddy Monterrey el mando del pelotón, pero disparando
Delgadillo al aire en señal que autorizaba a éste a hacer fuego. Una bala
penetró en la cabeza del héroe y otra en el corazón, el resto de los generales
recibieron una lluvia de balas. (Ya muertos a Sandino le quitaron parte de su
ropa, su reloj, una leontina de oro y un anillo de brillantes). Mientras tanto
en la prisión "El Hormiguero" su padre Don Gregorio Sandino al
escuchar los disparos dijo: "....Ya los están matando. El que se mete a
redentor, muere crucificado...."
Es hasta hoy y es
imposible encontrarle la mancha a aquel hombre del sombrero de ala ancha de
sonrisa simple y de las altas botas, en quien los hombres le entregaron su vida
y a quien seguían con gran confianza, la confianza de una mejor vida, de una patria libre.Yo pienso que
Sandino no está muerto que sigue vivo entre nosotros, entre los niños que
van a la escuela, entre los jóvenes que saben leer, entre las mujeres que
con amor y esfuerzo salen adelante día a día, entre los que amamos caminar y
mirar los atardeceres de esta linda tierra y nos sentimos libres, entre los que
seguimos su legado.
Los
hombres que luchan por la paz y la libertad de su nación nunca mueren más bien
son eternos, mi causa es la causa de mi pueblo, la causa de América, la causa
de todos los pueblos oprimidos, ESTAMOS VIVOS!!!
Te felicito Rey. Me gustó leer El Asesinato de Sandino!
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